Crónica de un sábado agitado...

Estoy feliz. No me hicieron falta las recomendaciones del post anterior para pasar mi sábado de soledad simplemente porque no lo fue (igual gracias a todos, ya agendé películas y series para ver de acá al 2011). Como cada vez que no planeo, que no organizo con días de anticipación, me salen las mejores cosas (no sé cuando voy a entender entonces que mejor manejarme así para todo).

Mi día de sábado arranco bien tempranito (¡6.45!) al lado de muchacho en cuestión. Me encanta despertarme y tenerlo cerca. Amo que me de muchos besos de buenos días pero odio que se levante como un resorte y no se quede remoloneando (¿acaso tiene problemas, no sabe que lo más lindo es hacer un rato de fiaca?... No, no lo sabe... pero no podrá alterarme, seguiré acostada sola). Desayuno, película (aunque ya la habíamos visto, nos enganchamos con "El efecto mariposa", muy buena), llamado a uno de mis amigos y todos a la pileta del club para ponerle el cuerpo a los 35 grados a la sombra.

Con un dejo de nostálgia recordé que hacia más de quince años que no me metía en esa pileta. De adolescente no me paseaba en malla ni a cambio de un millón de dólares, por lo que mi vida de club se reducía a coquetear con mis amigos, jugar a las cartas, comer papas fritas grasosas en el buffet o tirarme como una vagabunda en la puerta con las chicas mientras el resto de los mortales "normales" se divertían adentro. Pero ayer volví a meterme con algunos cambios. Con menos vergüenza por mi cuerpo; con miles de nenes gritando alrededor (ya van apareciendo los críos, por dioooo) y sobre todo, con muchacho en cuestión y su propia niña (sí, tiene una hija) a quien corrí por todo el club (y no me digan: "anda practicando"... en esta no me agarran hasta dentro de unos añitos... Esmeralda vas a tener que esperar, mamá no está lista).

Entre el sol (me olvidé de ponerme bronceador, ¡no puedo más! Estoy pensando seriamente en arrancarme los hombros), el calor, el cansancio que generan los chicos y la madrugada que me hicieron pegar para colocar el aire acondicionado en el nuevo departamento de muchacho, eran las once de la noche y hacia fuerza para no dormirme antes que llegara la pizza a la casa de mi viejo, que me había invitado a cenar. Dos capítulos de Friends en la cama y adiós sábado...

Sigo cansada y encontré un par de películas rondando por acá, así que ahora mismo me voy a la casa de muchacho en cuestión a verlas haciendo cucharita. Buen domingo para todos... ¿tienen algún plan para hoy?