Mi pasado me condena...

Antes, mucho antes de que el rock y los cantautores maduros entren en mi vida tuve otras pasiones que suelo ocultar. Me dan verdadera vergüenza, no las cuento nunca y en las reuniones, cuando se habla sobre los orígenes musicales de cada uno, ruego para que los que manejan información extra pasen el control de alcoholemia.

Porque sí, cuando tenia 13 años lloré por amor mirando en vivo un recital de Emanuel Ortega. También ostento otro título: todas las veces que tocó Ricky Martin estuve ahí, todas, no me perdí ni una visita. Incluso ya de grande y con la excusa del periodismo me escondía en algún rincón para la prensa y cantaba todas sus canciones. También fui a ver a Diego Torres y me quedó pendiente Cristian Castro, un icono en mi vida.

Pero mi primer gran amor bizarro, esos que preferiríamos no recordar, es Pablito Ruiz. Dicen los rumores familiares que a los cinco años me paraba frente al televisor, bailaba sus canciones y repetía sin parar que Pablito era mi novio (?).

¿Las vueltas de la vida?... Me toca entrevistarlo para una revista.




Y ustedes, ¿qué ídolos tenían que ahora los avergüenzan?