¿Amigos por siempre?

No sé cuáles son los motivos pero la mayoría de hombres que conozco de unos años a esta parte se terminan convirtiendo en mis amigos. No siempre los cruzo con esa intención, a muchos debo reconocer que los miré con otros ojos al principio, pero algo pasa en el medio que los coloca en ese lugar.

No me considero una mina ni hermosa ni fea, soy normal. Creo que soy inteligente y simpática, puedo hablar de todos los temas, leo el diario y todo tipo de libros, voy al cine, a recitales, me considero divertida y súper compañera, pero en algo debo estar fallando. Puede ser que les doy demasiada comodidad, que les presento amigas para pasar el momento haciéndome la desinteresada, que como soy tímida para expresar lo que siento (ni hablar de encararme a un tipo) los trato de igual a igual o tal vez, haya algo más que aún no logro dilucidar pero les juro que no falla. Podemos darnos un beso, puede pasar algo más, o nada en absoluto pero cuando las cosas vienen encaminadas, viene la frase que odio:

“Pao, sos una grande, la tenés re clara, no quiero hacerte sufrir, arruinar todo por un polvo y si después no funcionamos como pareja? No sos una mina para jugar como el resto, prefiero conservarte como amiga porque vale la pena tenerte cerca”.

Esto cuando tengo suerte… Otras veces se ponen en situación de amigos sin siquiera avisarme y la relación cambia por arte de magia. ¿Pero no entienden que no quiero tener más amigos, que ya tengo suficientes? A veces pienso que estoy equivocadísima, que tendría que mentirles y en lugar de decirles que soy periodista debería apuntar maestra jardinera y hablar con voz aniñada, histérica y estirar un mechón de pelo mientras les juego a la nena sexy. Otras veces creo que ya voy a dar con el tipo realmente piola que valore cómo soy, algo más que un pedazo de carne.

Producto de años de vivir estas situaciones, se imaginarán que colecciono amigos varones. Ya los miro con ojos de amiga, me conozco sus historias de sábanas, las mentiras a sus novias y todos los trucos para la infidelidad posibles (lo que me hace muy desconfiada) y la verdad que se me esfumaron las ganas si en algún momento las tuve. No muchos pueden entender que tenga un vínculo tan fuerte con ellos pero así es la historia. Ojo, no es algo que me deprime, sólo es un punto en común entre varios hombres que me llama la atención.

¿Defecto o virtud darles tanta comodidad a los hombres? Aún no lo sé.

Ahora para que tengan prueba de ello, les dejo un documento único. El contexto es el siguiente: Aye, una de mis mejores amigas, junto a Pelu y Pablito, me estaban organizando una revista para mi cumpleaños (que fue en marzo) donde pondrían el testimonio de todos mis seres queridos. La idea quedó en la nada por diversos motivos y en estos días me contaron frustradas el secreto que venían guardando desde ese entonces. Por supuesto quise ver lo que la gente había escrito sobre mí y me encontré con varias sorpresas que iré subiendo al blog.

El primer texto, porque me sirve para que vean que en mi caso la amistad entre el hombre y la mujer es real, es de puño y letra de mi amigo Martín, con el que comparto la vida desde los doce años, es una de las personas que más me conoce y que incluso aunque tampoco me crean, duermo con él en la misma cama y no pasa nada. Jamás pasó nada. Aquí va:

Voy a hablar de los atributos de Paola que muchos dejaron de lado.

Paola tiene buen culo. Siempre lo tuvo.
Paola tiene buenas tetas pero no siempre las tuvo.
Todo hombre que se precie de serlo quisiera tener esos atributos a su alcance. En su mesa de luz como velador.

Mis manos han tocado sus nalgas, mis ojos han buscado disimuladamente su escote e incluso su culo me menea su mejor reggeatón cuando la ocasión se lo permite. Cuando al novio se le dice ex, para ser más preciso.

En esos casos, lo que brilla por su ausencia es mi libido. Debajo de mi bóxer mi perro guardián se transforma en un cachorrito inofensivo y eso hay mucha gente que no lo entiende.

Voy a elegir la manera más fácil de explicarlo.
Vela es un amigo de la casa.
Vela tiene el culo grande. No siempre lo tuvo.
Vela tiene pechitos. No siempre los tuvo.
A Vela lo he apoyado, lo he manoseado y sin vergüenza puedo decir que lo he besado. Pero cada vez que lo hice mi libido se escondió detrás de siete puertas y se morfó las siete llaves.

Muchos creerán lógico lo que a mi libido le sucede con Vela pero anormal lo que le pasa con Paola. Al caso es lo mismo.
¿Como se va a despertar mi libido si apoyar a Paola es como apoyar al Vela? ¿Cómo se va a despertar mi libido si relojear los pechos de Paola es como relojear los pechitos de Vela?

No hay despertador que saque a mi libido de ese sueño eterno que la duerme en un colchón que tiene como resortes a la amistad.
Resortes que se hicieron cada vez más resistentes, a base de ese lenguaje misterioso que crean los ojos cuando se acostumbran a encontrarse.

Para la próxima quedan mis comentarios acerca de los insoportables mal humores que sufre Paola fuera de cualquier período menstrual.

(El último comentario es mentiroso y malicioso, producto de nuestra relación plagada de humor negro y cargadas, así y todo lo quiero tanto al viejo éste que ni se imaginan!!)

Pero ya verán, esto lo explica todo, los hombres esté yo de acuerdo o no, me ven como amiga.

(Ahora que lo pienso más de uno estará diciendo a esta altura del post: "Esta mina es un escracho"!!! Jajajajajja. A la mierda fantasías con la Capitana)