miércoles, 2 de enero de 2008

Año nuevo… balance obligado!

De llanto, cursilería y otras yerbas…

Para muchos, diciembre es el fin y el principio de algo y por lo tanto se transforma en el momento del balance anual. Para otros, lo es la fecha de su cumpleaños. Para mi, chica autoanalizada por excelencia, las dos fechas son excusas claves para entender dónde estoy parada y qué logré de todo lo que me había propuesto, así que por eso me presto hoy, ya dos de enero, a realizar mi balance y a hacerlo público.

Durante estos días me han llegado varios mail de amigos agradeciendo mi “presencia” durante este 2007, cosa que me halaga y me pone muy feliz pero a mi no me sale. Me asusta dejar a alguien afuera y la verdad que fueron varias las personas que durante este año tan particular me prestaron su hombro o me hicieron reír hasta que me duela la panza. No los puedo nuclear en un solo mail y tampoco sabría resumir mi gratitud en un sólo mensaje.

Fue todo muy raro. Comencé el año con un buen momento profesional y el corazón desbordado de tanto amor. Realmente era feliz hasta que un torbellino me pasó por encima y me destruyó bastante de lo que parecía estar bien firme. Dicen que de las crisis se aprende y sobre todo se crece y ese es exactamente mi caso… todo fue crecimiento y resurgir. Ahora puedo volver a sonreír y eso no hubiera sucedido sin la ayuda de algunas personas.

Por eso no quiero dejar de agradecer a esos incondicionales que estuvieron ahí para secarme las lágrimas con interminables rollos de cocina; a los que se enojaron por mis recaídas y aún hoy se enojan cada vez que retrocedo un casillero; a los que muy atentos, cambiaban los temas musicales que me hacían mal; a los que se bancaron mis euforias de sábado por la noche (sí, soy bipolar y no manejo los excesos!) y mis furias dominicales; a mis ayudantes terapéuticos de barrio, que no me dejaron sola ni un momento y me proponían acción a toda hora y lugar; a mi reidora que convierte cada chiste imbécil en uno genial; a René y Ema 8 que me trajeron más de una alegría; a los permanentes mail y llamadas para sacarme de la cama; a mis compañeros de recitales (en el año más recitalero de mi vida); a las pavas de mate hasta entrada la madrugada para palear mi insomnio; a mis laderos de baile, que zamban y bailan regeaton como auténticos profesionales, a los asados y las comilonas en el disco… Puff, me podría quedar toda la noche comentando anécdotas y agradeciendo situaciones, pero creo que todos saben lo importantes que fueron en este año tan ambiguo pero sin dudas, inolvidable… bisagra calculo.

Sólo me resta darle las gracias a todos aquellos que contribuyen a que cada día me sienta obligada a repetir que no tengo una vida, sino que tengo un vidón!

A todos esos que me hacen sentir tan querida, acompañada y en familia. A los que me conocen más que yo; a los que me dicen la palabra justa y a los que hicieron tanto para que vuelva a sonreír…

De corazón, gracias, sólo yo sé lo que significaron este año. Temo que no me alcance la vida para pagarlo.

No podés parar ya nunca de girar... para que no tengamos soledad!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy facil entender lo que sentís, porque sencillamente es lo mismo que vos generás...
Gracias por acompañarme, literalmente, en TODO!!!
Tu reidora

Anónimo dijo...

Me fuí de vacas y por eso respondo hoy...

Gracias por qué? Por mi parte sólo puedo decirte que nuestra amistad, en todo caso, es un verdadero ida y vuelta.

Te tengo que agradecer a vos porque en este año, de las mejores y las peores cosas, lo viví a pleno con vos desde presentarme a mi flamante prícipe (y eso que nadie creía que lo podíamos lograr) hasta acompañarme en los peores momentos que me tocaron vivir.

Yo te debo un vidón y espero que te sirva mi compañía.

Yo, la pollito mojada, y que a veces te conoce más que vos misma. Yo, la psico on-line.

TE QUIERO MUCHO!

Aye

Anónimo dijo...

La verdad día a día me sorprende este Blog. Muy bueno, no te conozco, llegué por casualidad pero lo voy a recomendar.

Me siento identificado, un saludo!