Quedé tan sorprendida con los comentarios del post anterior que recordé algunos deseos personales que tenía escondidos debajo de alguna piedra o guardados dentro del cajoncito donde hace algunos meses deposité mi corazón con todos sus sentimientos (y que ahora conviven con forros y promociones de telos de mi nueva vida de soltera, es increíble cómo cambia todo).
El optimismo de los lectores fue casi general. Muchos creen en el amor para toda la vida; los que no, confían en lograr un gran amor que dure lo máximo posible, o por lo menos mientras sea sano para ambos y los menos soñadores, desean que la vida los sorprenda con algo bueno. De este mini estudio sociológico, podemos deducir que todos perseguimos el mismo anhelo, amar y que nos amen en igual medida y que la clave está en comprometernos, en dar para recibir, en cultivar la relación a diario, en poner ganas, paciencia y comprensión.
Por eso quiero lanzar una campaña que a todos nos puede servir y que no nos consume demasiado tiempo ponerla en práctica: qué vuelva el romanticismo. Quiero volver a mi vida rosa (algo que descubrí y abandoné con novio tres hace siete años y nunca volví a tener).
Acá va una lista de cosas que quiero recuperar:
1- Quiero festejar los cumplemés (Jaja ¿qué eran?)
2- Quiero escuchar el “¿querés ser mi novia?” otra vez.
3- Que me regalen una golosina cuando vienen a buscarme (las flores creo que paso, prefiero que me compre una remerita… soy romántica pero no boluda)
4- Que me abran la puerta del auto
5- Que me manden mensajitos de buenos días
6- Quiero dormir abrazada toda la noche aunque al otro día me duela el cuello.
7- Quiero que me despierten con un beso todas las mañanas.
8- Quiero salir a pasear de la mano sin importar el clima.
9- Quiero pasar horas enteras de charla y risa, es lo que más le suma a una pareja… Apaguen el televisor muchachos, responsable de muchas separaciones!!
10- Quiero que me corra el pelo de la cara mientras hablo (clara señal que el flaco está hasta las bolas… o que yo estoy hablando mucho, cosa que puede ser)
11- Quiero mirar una película haciendo cucharita. ¿Y por qué no pasar un finde de relax encerrados? Obvio, también podemos irnos de viaje!!
12- Quiero que me escriba cartas (poesías no, por favor)
13- Quiero que me grabe un cassette (bueno ahora un CD) con los temas que nos describen o nos remiten al otro y escucharlo juntos.
14- Quiero tener a alguien que espera por mi cuando salgo o no estoy.
15- Quiero que preste atención a las cosas que me gustan y no me pregunte un día antes de mi cumple, “¿Gorda, qué te regalo?” Basta de ir a comprar los regalos juntos, llamen a una de mis amigas o a mi hermana llegado el caso!! (Ellas ya estarán aleccionadas y sabrán que contestar)
16- Quiero que me llenen de besos y que me digan mil veces por día lo mucho que me quieren.
17- Quiero que me diga que estoy linda cuando me pasé horas produciéndome para salir con él.
18- Quiero volver a sentir que me miran con amor
19- Quiero estar tan feliz que no me importe nada más, ir con una sonrisa por la calle o el colectivo y sentir maripositas en la panza.
20- Quiero, preciso, exijo paz. Poder confiar y relajarme.
Yo ofrezco lo mismo de mi parte y me comprometo a poner mi cuota diaria. ¿No soy tan complicada ni pido tanto no? Todo se puede negociar…
¿Ustedes qué le sumarían o cambiarían de esa lista? ¿Se puede recuperar el romanticismo o ya quedó olvidado en el camino?
En las últimas semanas, varios de mis amigos me llamaron para comentarme que se separan o que tienen la intención de hacerlo. Los motivos son de lo más diversos pero en la mayoría de los casos existe una conexión: aquella persona que conocieron y que era maravillosa ya no los llena ni los deslumbra. Un tema difícil de revertir si no se le pone voluntad y mucho amor. Pero parece que nadie tiene tiempo para invertir en el otro, así que la solución más simple es dejarlo ir y empezar de nuevo. Algo con lo que nunca voy a estar de acuerdo, mientras haya amor, las cosas se pelean hasta el final, pero esta es la nueva realidad. A chatear, a revisar viejas agendas, a bolichear y tema resuelto... de cama en cama hasta que aparezca vaya a saber quién y dónde.
Desde hace un tiempo, o desde mi separación, vengo barajando una idea que me deja más tranquila a la hora de plantear una futura relación: no existe el amor para siempre. No me gusta pensarlo así, me duele en lo más profundo pero cada día que pasa estoy más convencida que es el modo más sano de disfrutar una relación sin tener que padecerla. Te disfruto hoy que estás conmigo, mañana quizás no lo estés. Debo aclarar que mi máximo deseo (y estimo que el de muchos) es encontrar el amor y envejecer al lado de esa persona, pero lo veo como una posibilidad muy remota. Alguno de los dos se va a cansar y va a tirar la toalla, fija. Espero equivocarme, pecar de resentida y que la vida me sorprenda, pero lo dudo.
Los que me conocen saben lo que me cuesta afirmar esta premisa porque nací enamorada y dibujando corazones (sí, patética) pero la vida se empecina en demostrarme que es así, que de nada sirve cerrarse, que uno no tiene un sólo amor en su vida, que puede amar a otra persona, que nadie le compro el corazón a nadie y mucho menos se aseguró la felicidad. Parejas que parecían ideales, invencibles, se convirtieron en polvo de la noche a la mañana y de esa desilusión es muy difícil volver.
A pesar de todos los pronósticos, incluso el mio propio, hoy quiero creer que sí, que voy a amar a alguien con la misma intensidad y tal vez más, que voy a proyectar y que si se cae, me voy a levantar y lo voy a volver a intentar porque así tiene que ser. Gracias a mi nuevo pensamiento, dudo que vuelva a recibir un golpe tan grande... Nada es para siempre (frase cursi pero real) y a ponerle el pecho hasta que la cosa se revierta.
No sé por cuanto tiempo, pero hoy estoy feliz y lo disfruto, sin presiones para ninguno de los dos y sin planes desmedidos. Vivo el presente. Un gran logro personal. Aunque deseo equivocarme, pecar de resentida y que la vida en algún momento me sorprenda. Después de todo, la mayoría de nosotros desea envejecer al lado de la persona que quiere.
Eso soy por estos días... y cuando digo fortuna me refiero a todo. Sin suerte y sin dinero.
Hoy estoy angustiada y sé bien por qué es. Ya no me desvela tener o no un novio, tengo una preocupación mayor que me está causando dolores de estómago y no me deja dormir tranquila: por primera vez en mi vida tengo deudas.
Odio hablar de plata, odio las discusiones por estos temas, odio que me pregunten cuanto gano y que quieran administrar mi economìa o me hagan comentarios del estilo: "¿no tenés un centavo y te vas de viaje?". No tengo ganas de explicarle a todo el mundo que el viaje me sale baratísimo porque conseguimos ofertas de todo tipo y que además lo tengo organizado hace meses, cuando mi realidad era otra.
Me angustia que me pregunten qué mierda hice con mi indemnización, cómo me la pude haber gastado tan rápido y por qué encima ahora tengo deudas. No sé, seré compradora compulsiva, haganme el favor de firmar una curatela, los faculto para que me internen en una granja donde puedan sacarme este mal... o llevenme bien lejos de las revistas de moda y los locales con ropa que me grita para me la lleve a casa.
Hoy fui al Banco y terminé pagando de intereses el doble de lo que tenía en mente, una locura. Le di de baja a mis tarjetas y me quedé sin un centavo. Mi pobreza es oficial y creánme, no paro de buscar trabajo pero para las empresas parece que tengo demasiada experiencia y que soy vieja a los 28 años!! Algo que no voy a entender nunca.
Por lo que tanteo entre mis amigos y por lo que leo por los blogs no soy la única que está con dificultades económicas. Da una gran impotencia ver que uno hace todo para salir adelante, para levantar cabeza, para hacer una diferencia pero cuesta tanto y se torna casi imposible. No tengo la suerte de contar con papás millonarios que me regalen una casa o me den un respaldo cuando estoy ahogada, todos vivimos con lo justo. Así que acá también me siento sola, es ensayo- error y como todo en este último año, es producto de mis malas decisiones.
La vida está empecinada en que aprenda... y parece que quiere que lo haga todo este año. En el amor, palazos. En lo económico, palazos. Levántate y anda pequeña, aprende de tus errores... pero me estoy cansando de todo esto, de que las cosas me cuesten más que al resto. Tendré que crecer de una buena vez.
Perdón por la descarga... Acabo de salir del Banco, me puse a caminar por Florida, me angustié y necesité volver a mi refugio. No es nada que no tenga solución pero hoy me angustia y mucho. No le encuentro la vuelta.
Ayer después de cenar, estábamos muy al pedo con mis hermanos Maru (22) y Bebu (10), los dos más chicos que viven con mi vieja y tenía ganas de reírme un rato, así que toqué uno de los temas que saca al resto y a mi me hace morir de risa porque ya sé de antemano la respuesta.
Capitana: Bebu, ¿quién es tu hermano preferido?
Mamá: Paola, no lo hagas elegir pobrecito... Ya sos grande, no te pongas boluda
Maru: Ya sabemos quién va a decir... ¡vos!
Bebu: ..........
Capitana: Dale Bebu, responde... ¿o hago una lista y saco conclusiones?
Bebu: ¡Dale!
Así surgió una lista improvisada de virtudes y defectos y al lado él tenía que elegir entre sus tres hermanos y poner su nombre. De paso, le armé una a mi hermana y también la completó.
Los resultados fueron los siguientes:
Lista de Bebu
Lista de Maru
Como podrán ver, salí la hermana preferida en ambas papeletas. De Bebu lo sabía porque fue siempre así, mi paciencia, mi dinero y mi amor invertido en ese pendejo tenían que tener sus frutos pero me sorprendí con mi hermana, no muy afecta a demostrar cariño. Y lo que más me gustó fueron los ítem en los que resulté ganadora: soy la hermana más divertida, la que tiene onda, la más buena, la consejera y la que los lleva a pasear. Para mi las mejores ternas.
Prueben en sus casas con la papeleta loca y después me cuentan. Vale para todo tipo de relaciones, familia, amigos... parece una boludez pero nos entretuvo un buen rato y a mi no sólo me hizo reír sino que me dejo feliz, tan mal las cosas no las debo hacer.
Faltaban dos meses para cumplir los quince. Él acusaba 22 y acumulaba experiencia, eso me aterraba. Recuerdo que tenía una larga cola de caballo negra que en ese tiempo se usaba y a mi me encantaba, atendía el kiosquito del barrio y por amigos en común, iba a la cancha a con mi papá todos los domingos.
Yo por esos tiempos, moría de amor por él y en el club todos lo sabían. Aunque nunca fui fanática de las golosinas, iba a su local diez veces por día con cualquier excusa, todo servía para verlo: un caramelo, un chicle Bazooka o un Torpedo de frutilla. Hasta ese momento lo consideraba un amor platónico porque nunca creí que se podía fijar en mí. Estaba equivocada. Mis amigas, que eran más optimistas, idearon un plan para que él confesara sus sentimientos y yo gane seguridad: a mis espaldas consiguieron un grabador, lo metieron adentro de una riñonera y fueron a comprar chocolates. Ahí mismo y de la nada, le preguntaron qué le parecía y el dijo: “Es muy linda Pao”. Listo, todo cocinado.
Los días que siguieron fueron de encuentros, besos clandestinos y muchas risas, hasta que se fue con sus amigos de vacaciones y a su vuelta mi miedo a que quisiera ir más allá me paralizó. La diferencia de edad estaba muy marcada y aunque había mucha química, lo mejor era dejar todo como estaba. “Quizás más adelante se puede dar”, coincidimos y nos despedimos con un abrazo.
Septiembre de 2008
Jamás olvidé esos besos pero la vida siguió su rumbo, cada uno buscó la felicidad por su lado y ahora, por esas vueltas que tiene el destino, nos volvimos a cruzar y la empezamos a buscar juntos. Veremos qué sucede con todos estos sentimientos que crecen a diario, con las ilusiones, con los miedos y con las ganas de volver a intentarlo…
(Amigos, háganme quedar bien, el muchacho en cuestión nos lee)
Los que llegaron esperando ver a un hombre barbudo abrazado a la Capitana, pueden apretar la cruz al extremo de su pantalla y partir, lamento decepcionarlos (ojo, yo me decepciono tanto como ustedes por no poder presentarles a nadie… deseo que en algún momento eso suceda así evito este chiste incómodo para romper el hielo y no crean que soy patética.... Lo creen igual no? Jajajajaj)
Dicho esto, continúo, o mejor dicho arranco. Decía que no voy a hablar de hombres en esta oportunidad, o sí… pero para tal caso, sería un hombrecito. Un ser especial que hace diez años me robó el corazón y me obligó a fuerza de carisma a descubrir la palabra paciencia en mi diccionario, algo que creí, no me habían dado de fábrica.
Cuando recibí la noticia de su nacimiento, mi mal humor fue tan visible que mi mamá terminó llorando y siendo consolada por una de mis amigas. Yo no podía creer que a los 18 años iba a tener un hermanito… Recuerdo que al mes me fui a Bariloche de viaje de egresados y le compré un pulovercito al bebé, a la vuelta vino la reconciliación con la panza. El día de la última ecografía, era mi entrega de medallas de quinto año, así que fui con mi vestidito lavanda, maquillada y peinada al sanatorio a verlo por última vez por un monitor. Un flash para una adolescente...
Llegó marzo, mi cumpleaños y mi vieja con una panza a punto de estallar cocinó miles de cosas para que yo no sintiera el vacío al grito de “si lo tenés hoy, sos mujer muerta, me va a opacar el cumpleaños para siempre” (Sí, los de Piscis me van a entender). Aguantó pobre madre, al otro día empezó con trabajo de parto y me interné con ella en la habitación, mientras todos mis amigos esperaban sentados en el pasillo. Un momento único. La tonta de la enfermera se olvidó de avisarme y por eso no pude presenciar el parto pero jamás me voy a olvidar el instante en que lo vi llegar en la cunita… las ocho de la noche del viernes veinte de marzo... el bebé más hermoso de este mundo, el flechazo fue mutuo, nos amamos al instante.
(La primera foto, aún en el Sanatorio)
Ya conocía el rol de hermana, tengo otros dos más chicos que tuve que salir a recibir con una sonrisa, pero Nico fue especial para todos. Un poco el hijo de todos, así lo es para malcriarlo y también para retarlo. La luz de mi vida, mi refugio cada vez que siento que el mundo se derrumba. Me lo apretujo, lo lleno de besos, me siento a ver una peli con él o jugamos a algo y todo pasa más rápido. Calculo que a mucho de ustedes, esto les sucederá con sus hijos. Yo a veces me asusto cuando proyecto, quizás cuando sea madre tenga que hacer terapia, si así me siento con mi hermanito no sé cómo me sentiré con mi propio hijo, ¿me explotará el corazón de tanto amor?
Hoy tenía pensado subir otro texto, pero cuando llegó de la escuela vino corriendo a contarme que unas chicas más grandes lo invitaron a su primera fiesta del día de la primavera.Tan chiquito me dice: “Paola, vos que sos mi consejera, ¿me das algunos trucos para encarármelas?” (Justo a mí me pregunta, qué futuro pobre le espera). Así que se dio la charla de hermanos que cada tanto tenemos, cuando él viene a confiarme algo que le pasa y yo trato de ser objetiva, ubicarme en su edad y no cortarle las alas, pese a los miedos.
Me gustaría ahorrarle tantos sufrimientos; sacarle el capricho que lleva en el alma; verlo feliz otra vez y que deje atrás la mirada triste que lo acompaña desde que mis viejos se separaron; garantizarle que sí, que va a ser tan grande como Manu Ginóbili y quizás llegue a mucho más; quiero cortarle el pelo con un hacha cuando insiste en que es Flogger y ni siquiera tiene un fotolog; quiero que sea feliz, como el otro día cuando lloraba porque Boca salió campeón. Me gustaría que tenga una infancia como la mía, que salga del encierro del hogar y juegue en la calle; que vaya al club; que se haga de amigos que le duren toda la vida como los que conservo yo. Qué pierda los miedos y disfrute más...
Espero que no le rompan el corazón muchas veces. Ya lo vi con la mirada perdida dos días seguidos a los cuatro años cuando Leila, su novia de ese entonces, le dijo que se había enamorado de otro. No hay caso, salió más enamoradizo que la hermana. Espero que pueda lograr todo lo que se proponga, que nada lo detenga. Lo quiero tanto que a veces me duele, ¿es normal?
A los dos años, pleno verano del 2000, palangana en la casa de la abuela Inés...
Gesell 2002. Me fui de vacaciones con mis amigas, me vinieron a visitar una tarde...
La noche previa a que lo operaran del pitulín jugábamos al crucigrama para distraerlo. La ocurrencia de ponerse justo "esa" palabra en la frente fue festejada por todos... Qué miedo tenía!
Después de la operación, que duró una hora pero para mi fue una eternidad... Y lo pasé solita con mis viejos en la sala de espera, aún recuerdo todo lo que lloré... Solo quería que me quede yo en la habitación, tenía tanto miedo que me hacía cantarle canciones cargando a medio mundo. Me hizo sacar un máster de payadora, por lo menos se pudo relajar!!
2008, Fiesta de disfraces, el Conde Drácula coquetea con el alcohol para fastidiar a la madre!!
Ahora es Flogger y cada vez que le digo que no haga ese paso boludo que caracteriza a esta nueva tribu o que se corte el pelo que le tapa sus lindos ojitos verdes, me contesta: "Vos callate Blogger"
2008, Día del niño con sus hermanas en la plaza.
Aunque te enojes, para mi vas a ser Bebu por siempre... Aunque cumpliré la promesa de no decírtelo adelante de tus amigos... Para ellos seguirás siendo Flecha!!
Si hoy no lloro, le pega en el palo…. Cómo te quiero pendejo!
(Aprovecho y cumplo el desafío de r-corre ambulancias de subir una foto para mostrarnos)
Siguiendo los consejos de los comentaristas del post anterior, me puse a pensar en lo que sí logré en este tiempo o por lo menos, en las miradas positivas que le puedo dar a la gran lista de cambios que se dieron en mi vida. Y el saldo me sorprendió enormemente...
Por empezar diré que mi crisis me hizo volcarme al blog, me brotaron las ganas de escribir nuevamente, canalicé por acá (y aún lo hago) cada una de mis recaídas y alegrías. Me ahorré gracias a ustedes meses de terapia y hoy, en lugar de llamar a mi terapeuta cuando siento que me caigo, voy a creación de entradas y lo comparto con quien me quiera leer, aconsejar o dejar buena onda. También por aquí he conocido gente maravillosa que me contiene y me hace reír.
Volví a mi hogar familiar, algo que creía una desgracia y tan mal no la estoy pasando. Mi querida madre me cocina y me hace sentir como en casa otra vez, aunque de a ratos rompa las pelotas. Tengo muchas más comodidades y estoy cerca de mis amigos. Además cuando estoy triste me lo apretujo a mi hermanito o me pongo a charlar con mi hermana, tengo a todos más a mano. El único problema es que me vuelvo a sentir adolescente si quiero traer a algún amigo a casa Jaja... A darnos besos cuando mamá no nos mira... (Entre mi ex con casa aislada de sus padres y yo con mi departamento, hace años que no pisaba un telo... un bajón volver a los horarios.. estimo que nada cambió no?, me quedé con los 25 pesos el turno más una picada y 9 si querés pernoctar Ja)
Por otro lado y hablando del corazón, mirar para atrás y ver todo lo que pude superar me llena de energías y por qué no de orgullo. Pronto volverá el brillito a los ojos... Pero lo que más alegría me da, es mi nuevo peso. Hace mucho que no me subía a una balanza, les tengo pánico pero grata fue mi sorpresa cuando vi que la agujita acusaba 9 kilos menos, muchísimo para mi metro sesenta. Así que aunque considere que aún me falta bajar un poco más (tres o cuatro) estoy feliz escuchando el típico "estas re flaca" de todo el mundo. Algo que me hace sentir contenta conmigo misma, una de los objetivos que me propuse lo pude lograr y aunque el cuerpo me haya cambiado, peso casi lo mismo que a los 20 años. Sé que las mujeres lectoras van a entender mejor la importancia de todo esto...
Pero la vida no sólo me sonríe por lo que les acabo de relatar. También me alegré mucho cuando visité el blog de Titox y me encontré con ésta distinción.
Para que entiendan, debería contarles que desde hace algunas semanas se viene tratando el tema culinario en su blog, más específicamente desde que nos invitó a Lady Madonna, a la Gringa y a mi a estrenar su nuevo sommier con una partida de "El Juego de la Vida". Yo como soy educada propuse llevar un tarro de dulce de leche y ahí se desvirtuó la cosa hasta llegar a los que se trata hoy, quizás hasta deba convertirme en un plato humano de sushi para cumplir con las promesas....
Quiero hacer público mi agradecimiento hacia mi segundo amor enmascarado (perdón, pero ya me declaré enamorada de Don Briks hace unos post atrás) y decirle a Mamá Moni que no es lo que parece y a Papá Santos que sí es lo que parece... Cuando vaya a Rosario les pido la mano del nene... (Titox, tirame data de cómo comprarme a tu vieja, sé que por ahí viene la mano... shhhh)
Y a ustedes qué logros personales los llena de energías?
Hace tres años me preparaba para una entrevista laboral muy prometedora. Me temblaban las piernas, no creía estar a la altura del desafío pero eso no me achicó, fui igual y quedé seleccionada. “Empezás mañana mismo”.
Al mediodía siguiente tenía tanto miedo que llamé a la única persona que podía tranquilizarme para que me dijera que “yo podía con eso y mucho más y que el trabajo era pan comido antes de cruzar la puerta de entrada”. Esa persona era mi ex novio, con quien atravesaba mi primera separación (recuerden, la actual es la cuarta) y con quien me seguía viendo de ese otro modo que se ven los ex y que tan doloroso es, que tan vacío nos deja. En un momento de la conversación ya me sentía relajada y segura, estaba por cortar feliz pero tuvieron que llegar las palabras desacertadas de siempre que ahora ni recuerdo pero tendrían que ver con su lujuriosa vida de “soltero”, con que mejor dejemos de vernos para siempre y no sé que otra cosa más que me alteró y decantó en una crisis descomunal.
Por minutos me quedé inmóvil llorando con desconsuelo en la esquina de Chacabuco y Diagonal Sur con el celular en la mano, en pleno centro, juntando valor y rogando que por arte de magia esas palabras se borraran de mi mente por unos minutos y que mi rimel no se haya corrido del todo. Como soy abandónica por naturaleza, pensé una y mil veces la idea de escaparme, de no presentarme nunca en la redacción de la revista, desistiendo de la oportunidad de dar un gran salto profesional. Estaba anestesiada, no me daba la cabeza para otra cosa que correr a casa y tirarme a dormir por horas pero me animé, entré y me fue muy bien.
Al mes, él vino a buscarme, me dijo todo lo que me amaba y la relación volvió a fojas cero… Pero duró sólo unos meses, la segunda separación era inminente.
Hace dos años, estaba trabajando feliz en la redacción de la misma revista. Tenía compañeros maravillosos, una excelente relación con mis jefes y deambulaba descalza (sí, descalza... leyeron bien) todas las tardes en un excelente clima de trabajo.
En el amor, las cosas funcionaban mejor que nunca. Recién reconciliados de nuestra segunda separación los planes de convivencia eran firmes, el deseo de estar juntos aún mayor y sentíamos que vivíamos la gran oportunidad de nuestras vidas. “Quiero irme a vivir para siempre con vos, sos la persona que más amo en este mundo”, escuché una mañana de septiembre en el colectivo rumbo al trabajo… Algunos meses después reculó alegando que se había dejado llevar por la emoción del momento, que no estaba listo… Separación obligada, ¿cómo se sigue después de eso?
Hace un año, para esta misma fecha, tomaba una de las decisiones más importantes de mi vida. Después de 60 días de paro, asambleas, dolores de cabeza y castigos por participar de forma activa, aceptaba el retiro voluntario, dejaba la “gran familia” que tenía como compañeros y encaraba una nueva vida de proyectos que se esfumaron en menos de lo que esperaba mientras me sumía en una peligrosa depresión y coqueteaba con los ataques de pánico.
Con mi ex atravesaba la tercera separación, más dolorosa que todas las anteriores porque suponíamos era la última (pero nooo, como no nos habíamos lastimado lo suficiente volvimos una vez más), así que calculo que le habré contado de mi decisión por mail. Sin novio y sin trabajo tenía los días contados. La plata no hace la felicidad pero ayuda, así que pronto mis tardes de paseo y compra compulsiva por la Avenida Santa Fe, un verano lleno de vacaciones, el gusto de invitar seguido a mis amigos a comer y otros caprichos desterraron parcialmente la tristeza.
Ojo, soy tan viva que cuando por fin estuve bien, me mudé sola por primera vez en mi vida y planeba vivir meses de soltería y lujuría desenfrenada, sonó el timbre, llegaron las promesas y con ellas, la última ilusión de cambio.
Hoy no tengo trabajo, novio ni departamento. Me gasté los seis cheques que cobré; no hice el viaje a Cuba que siempre soñé; me perdí viajar a Machu Pichu con mis amigos en marzo y ahorasólo me queda un pasaje abierto que espero poder usar para mi cumpleaños 29.
Lo bueno es que ya no lloro por él, pude entender que aunque lo adore no es lo que necesito, que no me hacía del todo feliz, que ya no me interesa vivir con dolor de estómago. De a poco estoy equilibrando mi estado de ánimo, bajé los diez kilos que subí en estos tres años y estoy permitiendo que alguien más me haga sonreír a diario.
¿Será el balance positivo? No lo sé… Pienso que tanto un nuevo laburo como la posibilidad de recuperar mi departamento son opciones más simples de conseguir pero mi equilibrio emocional después de tanto llanto es lo que más valoro por estos días, lo que más me asustaba no volver a recuperar, la gran prueba que estoy superando.
Una de las noticias que más disfruté cubrir en mi etapa como redactora de una revista de espectáculos (bue, me hago cargo... de chimentos) es el casamiento de Cacho Castaña con Andrea, una nena de mi misma edad. Pedí en la redacción que me adjudiquen esa nota y conociendo mi amor por "Cachito de Buenos Aires" no les quedó otra que aceptar.
Así fue como con una sonrisa, me abrigué para darle batalla al frío de mayo y me embarqué para el CGP (así les llaman estos porteños al registro civil) de Cabildo al 3000, en el barrio de Belgrano. Estaba nerviosa. Para esa altura, había dejado mi cholulismo de lado, sólo se despierta cuando entrevisto a alguien que admiro, el resto me tiene sin cuidado pero ésta vez era distinto... Cubrimos el civil con el fotógrafo de turno, presencié la ceremonia en silencio, me reí con cada ocurrencia de Cacho y casi no pudimos hablar con él. El plato fuerte de nuestra relación llegaría a la noche.
La fiesta fue en Puerto Madero. Muchísimo más frío que a la mañana y una cantidad incalculable de noteros y redactores lo esperábamos en la puerta del restarurante donde se armó la fiesta. Para la vigilia nos mandó algunas empanaditas y whisky. Juro que no me gusta, debe ser la única bebida que destesto, pero tenía tanto frío que me mandé un fondo blanco de dos o tres vasitos... así quedé. Minutos después llegaron los novios. Corridas, gritos, empujones (sí, me avergüenza el género cuando hacen estas cosas) y por fin nos ubicamos para una mini conferencia de prensa improvisada en la vereda.
Preguntas comunes, onda "¿están felices?"; "¿se van de luna de miel?"; "¿Andrea, pensas cambiarlo?"... Me aburrooooo.... No sé si fue mi enojo por el frío que estaba viviendo, por las preguntas idiotas que estaba escuchando, si fue el whisky o qué pero para el asombro de todos le tire un:
Capitana en rol de periodista:
Cacho, ¿cómo te preparás para la noche de bodas, vas a poder cumplir?
Cacho de Buenos Aires:
(me mira fijo, temo lo peor... se toma el bolsillo, ¿sacará un arma?)
Compré dos Viagra que tengo acá en el bolsillo, así que mañana ni salgo a la calle. ¿Viste cómo es? con la pastillita parece que tenés la de otro.
Aplauso generalizado, risas contenidas. Un grande de verdad. Una excelente anécdota en mi corta carrera que no me canso de contarla. Por eso hoy que está internado en terapia intensiva pasando un momento duro, le mando mis mejores deseos y le agradezco por la cantidad de fiestas que nos animó con su música; por ser un emblema en mi grupo de amigos; por estar presente aunque sea cinco minutos en cada uno de nuestros asados; por hacernos reír de lo bizarro que es, algo que él mismo asume; por sus letras que más de una vez me han hecho emocionar. Cuando me case entró con su música al salón, lo acabo de decidir carajo!! Y otra cosa, en un año y medio cumplo los 30, quiero imaginarme que entre todos mis queridos amigos van a juntar plata y pagarme una noche de amor con Cacho no? Menos de eso no espero de ustedes!
Ah y Dios no permita que algo le suceda, pero si Cachito nos deja, yo ya les aviso que proclamo tres noches de luto nacional. Tres días con sus respectivas noches de caravana en su honor.
La tapa de la revista que menciono:
Lectura optativa, entiendo que es muy larga... Pongo a riesgo mi identidad por él, les dejo la nota para el que le interese!
Se caso un cacho de buenos aires, asi que lloren, chicas, lloren
Cacho Castaña se casó con Andrea Sblano, 37 años menor que él. El cantante ya sueña con ser padre.
Noche de jueves en la ciudad de Buenos Aires. Mucho frío en Puerto Madero y más de una veintena de periodistas aguardan, junto a una alfombra roja al mejor estilo Holywood, la llegada del último bastión de los “piratas” al marco elegido para el festejo. Comen pizza y beben whisky (cortesía del anfitrión) para sorpresa de los valientes que salieron a caminar pese al terrible viento. Varias fanáticas se agolpan para ver a su ídolo con lágrimas en los ojos. “No podemos creer que se haya casado”, dicen las señoras.
Pero si, a él también le llegó la hora. Después de que más de “mil quinientas mujeres” pasaran por su cama como algún día declaró, Cacho Castaña se casó. Y no con cualquiera, el “matador” le dio el sí a una joven a la que le lleva 37 años y no sólo eso, Andrea Sblano es, además, la hija de un íntimo amigo suyo. Los novios se conocieron cuando ella tenía 16 años.
En ese momento, Cacho cenaba en su casa como amigo de su papá, Nicolás, sin imaginarse que dos años después se convertiría en el amor de su vida. “Me conquistó porque primero se hizo el atorrante, después el pobrecito, me hablaba de su soledad y lloraba -bromea Andrea- pero lo peor fue cuando se los dije a mis viejos. Mi mamá lloraba todo el día y mi viejo no habló durante un mes y medio”.
Pero el tiempo fue pasando, los ánimos se calmaron, llegó la convivencia y después de cinco años de relación, se animaron a dar el gran paso. Pero vayamos por partes. Primero fue el turno del civil, y así fue como el miércoles 10 al mediodía el CGP de Cabildo al 3000 se colmó de visitantes de todo tipo: familiares, amigos y hasta unas fanáticas que abandonaron su clase de gimnasia del salón contiguo vieron cómo, bajo la mirada atenta de los testigos Alfredo Cahe, Jorge Miguel (íntimo amigo del cantante), Analía y Virginia Sblano (hermanas de la novia), los novios registraron su amor ante la ley en una ceremonia de lo más grotesca. “¿Me puede repetir la pregunta?”, bromeó Cacho ante la pregunta de rigor para despertar la risa general e imponer su estilo tan particular, aquel que lo llevó a convertirse en un emblema indiscutido del “macho porteño”: atorrante, seductor empedernido y con tantas anécdotas como para entretenerse por un laaaargo rato.
Era la primera unión para ella, que a los 26 años está a punto de recibirse de psicóloga y prácticamente creció al lado de Cacho; pero no es así para él, que ya se había casado con Selva Mayo por el rito umbanda en 1986. “Nunca me pidió que cambiara, además es una persona muy inteligente Andrea, por eso la elegí a ella para terminar mis días”, reveló Cacho en diálogo con Semanario.
Un casamiento de tamaña importancia merecía una fiesta acorde y el cantante no escatimó en gastos para complacer a su mujer. El agasajo tuvo lugar en Madero Tango y todo allí fue temático: el tango fue el gran protagonista. Desde la ambientación hasta los show dejaron su impronta. Las columnas estaban forradas de negro con cintas rojas; los centros de mesa eran altos floreros de vidrio con flores rojas; había pétalos de rosas rojas diseminados por las mesas; y hasta la torta principal fue roja.
Los 300 invitados fueron en su mayoría por parte de Castaña, hubo varios famosos y casi no se vieron personas jóvenes. Algunos de los que asistieron fueron: su ex Susana Giménez, que fue con su productor Luis Cella (muy cerca estuvo Ovidio García, su antiguo productor con el que ni siquiera se miraron); Teté Coustarot (que no paró de cuchichear con Susana); Daniel Scioli con Karina Rabolini (todos en la mesa principal); Gerardo Sofovich; Alfredo Cahe; Carlos Calvo; Violeta Rivas; la Tota Santillán con Fernanda Vives, dos de las más divertidos de la noche, Pocho La Pantera y varios personajes bizarros que también dieron el presente.
Al ingresar al salón, los novios fueron recibidos por más de 70 integrantes del coro Kennedy, para emoción de Cacho que no pudo contener las lágrimas. Acto seguido tuvo lugar el vals, donde Susana se dio el gusto de sacar a bailar a su amigo y después vino la hora de cenar. La comida estuvo a cargo de Martiniano Molina, que se ocupó en persona del menú “bien argentino”. La entrada fue un paté rústico de ave y hongos con pan de miel especiado; el plato principal un bife de chorizo, mil hojas de papa, caviar de berenjenas y deep de chimichurri y de postre, tiramisú de frutos patagónicos.
Por supuesto no faltó la mesa dulce y las vedette de la noche fueron dos cascadas de chocolate. La música fue para todos los gustos (tocó el grupo Seven), pero sin perder de vista el eje temático. Hizo su cuadro musical la tanguera Mora Godoy (como lo hace cada noche en ese local) y el propio Cacho hizo un mini recital donde además de un tema para su mujer interpretó “La reina de la bailanta”, “Café la humedad”, “Cacho de Buenos Aires” y “Ojalá que no puedas”.
Pasadas las cinco de la madrugada y arrojado el ramo (que lo atrapó Virginia, la hermana melliza de Andrea) los novios dejaron a los invitados desayunando pizza y cerveza, y partieron rumbo al Hilton, para disfrutar de su noche de bodas. “Compré dos Viagra así que mañana ni salgo a la calle. Es que con la pastillita parece que tenés la de otro”, bromeó para después revelar que quizás comiencen a buscar un hijo esa misma noche. Para la luna de miel habrá tiempo. “Será en Europa pero recién para septiembre, porque Andrea tiene que dar unos finales en junio con los que se recibe”, contó Cacho, que como lista de regalo abrió una cuenta para financiar el viaje.
Y sí, valió el frío y la espera en Puerto Madero. Asistimos a un hecho histórico. El casamiento del “matador” quedará en el recuerdo para siempre.
(Ahh y para los que me conocen, en la primera foto aparezco muerta de risa en un rincón)
Para los que no lo conocen, aquí una versión de Cacho remixado Jaja se modernizó... Desde hace meses éste es mi ringtone en el celular!!! Xochitl, cuando vengas a Buenos Aires vamos a verlo!
Me harté. Durante veinte años busqué al amor de mi vida, de diferentes formas, con mayor o menor inocencia, pero no dejé de buscarlo. Convencida que algún día aparecería, como en todos los cuentos y películas románticas que había consumido. Sabía que llegaría ese tipo que se muriera por mí, que me amara incondicionalmente, que quisiera que fuera la madre de sus hijos y que sueñe envejecer a mi lado.
Lo busqué en el rostro de cada uno de mis compañeros de escuela primero y del trabajo después, de mis amigos, de mis colegas en los cursos que hice, de cada idiota que fue apareciendo del modo más diverso y me prometió todo por unos minutos, para sacármelo en menos de un segundo. A veces me pregunto por qué perseguimos sentirnos completos al lado de una persona; por qué no podemos estar solos; por qué nos aferramos a la primera ilusión que se nos presenta y terminamos sufriendo por extraños.
El panorama se complica aún más cuando miramos a nuestro alrededor. No voy a caer en la frase hecha que detesto: “No hay hombres”. Es mentira, sí los hay (¿dónde estará el mío no?). Me niego a creer que se extinguieron. Tengo muchos chicos conocidos que se mueren por estar de novios y hacer feliz a una mujer, sólo que no son compatibles conmigo y no han encontrado a la persona indicada. (Chicas, avisen si quieren intentarlo con ellos y les hago de celestina que tan bien me sale)
Pero si me pongo a pensar qué es lo que quiero en un compañero, no sé cómo definirlo… o sí. Creo que todas a una cierta edad coincidimos en algunos puntos: que nos cuide; que nos haga sentir amadas en todo momento; que nos preste atención; que aporte al crecimiento de la pareja y proyecte a la par; que sea cariñoso y demostrativo; que no le tiemble el pulso para tomarnos de la mano delante de sus amigos; que nos defienda; que nos incluya en su vida.
Y cuando conseguimos todo esto en una persona, ¿nos es suficiente o necesitamos a ese otro modelo de tipo que nos maltrata o no nos llena para ser felices? Hoy tuve un sueño muy triste y me desperté con esta inquietud, no lo sé. Cuando creí haber encontrado al amor de mi vida, no me dio casi ninguno de los ítem que enumeré en el párrafo anterior pero ahora creo que los necesito a todos ellos para volver a intentarlo. Por menos de eso no negocio mi soledad, me aterraría hacerlo si no tengo éste respaldo garantizado.
Estoy grande, ya no me seducen los “malos” que me hacen llorar, quiero estar en paz. Así que joven argentino (o ciudadano del mundo entero, ¿por qué cerrar el círculo?), si no encajás o no podés garantizar lo que se solicita en la descripción, seguí tu rumbo. No entiendo el motivo, pero les juro que milagrosamente aún tengo fe que pronto va a aparecer.
Y ustedes qué prefieren... ¿un oásis dónde descansar o un malvado que les dé adrenalina permanente?
Cuando hace unos meses me llegó un mail informándome que comenzaría una novela por Canal 9 con ese nombre, creí que me estaban jodiendo. ¿Irían a contar la historia de mi vida?
Durante años sufrí el hecho de tener pechos pequeños. Recuerdo que cuando tenía nueve o diez años y ya se me notaban los dos botoncitos, mi mamá decidió comprarme mi primer corpiño. Todo un acontecimiento para la vida de una nena. Que no quiero usarlo; que te hace falta, logró convencerme, fui a la escuela con mi corpiño deportivo y una remerita blanca y zas… llegó la primera desilusión fuerte. Todas mis compañeras, desarrolladas desde los 8 o 9 se rieron de mí:
“Para que usas corpiño si no lo necesitás, sos chata. Miren, se hace la que tiene tetas"
Mamá, la reput.... Me recuperé, aunque esa tarde se rieron de mí a coro en el recreo. Más adelante en el tiempo, armé un grupo de amigas en las que por suerte, las tetas no eran un motivo de competencia. Nuestro fuerte como banda eran las colas, y ahí sí podía dar batalla, no era una más del montón…. hasta que una de ellas rompió el molde. Se acostó a dormir y cuando se despertó por la mañana, tenía dos tremendos melones. Nunca supimos si un hada madrina operó de noche o qué, pero a ella le pasó de ese modo. Ahora sí, todas las miradas estaban puestas en su delantera y nadie más nos miró a nosotras.
Pasó el tiempo, fui cambiando de grupo de amigas, y otra vez los pechos protuberantes estaban presentes para hacerme sombra. Ni hablar del ámbito laboral, jamás voy a poder ser periodista de televisión por falta de una buena delantera. Quedaré relegada a la redacción de algún diario o revista, escondida detrás de un monitor… siempre y cuando pase la entrevista con el director de la empresa y que éste sea miope, gay o resentido con las minas.
Ojo, muchos dicen que es un problema de mi cabeza, que en realidad no son tan chiquitas. De hecho, jamás hé recibido quejas masculinas, suelen decir que “son del tamaño de su mano, que entran en un puño” pero eso a mi no me consuela. Con los kilos de más habían crecido a un tamaño considerable que me invitaba a usar buenos escotes pero con la dieta no sólo despedí a los flotadores, sino también a ellas. Todo no se puede.
Por eso apelo a ustedes, mis queridos visitantes. Mi pregunta para las chicas es: “¿han triunfado aún sin tetas o sólo llegan a la meta las que portan una buena delantera?” y para los hombres, quiero que me digan si aún tengo esperanzas: ¿un buen culo o unas buenas tetas?
(Feliz cumple Florchis, te quiero mucho amiga... una gran alegría haberte conocido. Este es tu año para cosechar todo lo sembrado y para que la vida te dé ese regalo que tanto estás esperando. Cruzo los dedos por ustedes!!)
Gracias al talento y la generosidad de Rami Argañaraz que diseñó ésta y todas las imágenes de mi blog. No dejen de visitarlo en: ww.ramirolamuestra.blogspot.com - www.polisemia-fotos.blogspot.com
Mi mejor premio
Gracias Enmascarado Briks
Salió sin planearlo...
Pero, ¿no soy parecida?
Un gran premio
Gracias Marina
Premio mejor post del año!
Gracias amiga!
¿Perdonarías una infidelidad?
Para todos, si te enterás que tu pareja asistió a uno de estos lugares vos...