miércoles, 31 de marzo de 2010

Despedida...

Y un día llega el fin. Por más resistencia que le ponga esto tenia que suceder, ya no puedo hacerme la distraida. El tema me excedió y tengo que salir del lugar de queja permanente para comenzar a ocuparme. ¿De qué sirve llorar si el asunto tiene solución pero no hacés nada para remediarlo?

En fin, luego de amagar y amagar, de prometer como político, de jurar que iba a arrancar y desistir a las horas, se viene la transformación. Tres hechos me han hecho tomar la decisión:


Hecho número 1:

Fiesta con amigos, ronda de charla y alcohol, tema del debate: "fiesta de casamiento con muchacho", uno de sus amigos, un animalito de Dios, tiró el siguiente comentario...


Amigo de muchacho:
Sí, se tienen que casar, muchacho poné fecha. Pero vos antes tenés que adelgazar, no podés salir así en las fotos, es un recuerdo para toda la vida y cada vez que las veas te vas a ver gorda.



Hecho número 2:

Visita a la casa de la abuela Kico. Ella es terrible en todos los temas, la conocen, pero con asuntos de kilos es más medida, ha hecho dieta toda la vida y sabe lo frustrante que es subir y bajar de peso todo el tiempo, pese al sacrificio que uno le pueda poner. Mientras tomábamos mate, me mira...

Abuela Kico:
¿Estás como más grandota no? Ay qué pena Paolina, cómo engordaste, te estallan los brazos, estás como hinchada y muy culona. Qué lástima que ustedes salieron así (?)


Hecho número 3:

Cambio de regalos, probador. Te volvés a mirar al espejo después de mucho tiempo, refrescó y te toca sacarte los mágicos vestiditos para volver a clavarte un jean. Todo te apreta, nada te queda bien, todo lo que te probás te queda espantoso. Se te llenan los ojos de lágrimas, ¿cómo dejaste que esto suceda otra vez?. Te pregunta el vendedor desde el otro lado de la cortina: ¿cómo te quedó? y no sabés que contestar, sólo querés salir corriendo como una rata. No te queda otra que pedirle un talle más, te dice que ese es el talle más grande y te enojás, de todos modos tenés razón, han achicado los S, M y L para no acatar la ley de talles y cambiar los moldes. Finalmente te vas con dignidad, con algo en la bolsa que mucho no te convence pero ¿qué vas a hacer? "Algún día bajaré y me va a quedar mejor", te convencés.


Se acabo, a partir de mañana 1° de abril pienso tomar las riendas del asunto. Dieta, clases de baile y centro de estética. Son, en una primera instancia, 10 kilos los que tengo que bajar si o si, luego vemos si seguimos ajustando tornillos... El desafío está planteado, pero si no resulta tengo plan B: me interno en la clínica de Cormillot y que el hijo me ponga a dieta. ¡He dicho!


¿Quién se prende en este reality por cambiar los hábitos?

martes, 30 de marzo de 2010

Eligiendo una nueva aventura..

Siguiendo a muchacho en su flamante rol de coleccionistas de revista Gattin, me topé con un recuerdo de la infancia que me emocionó. Durante muchos años, mis papás me mandaban a dormir temprano y no me dejaban prender el televisor. Gracias a eso, y a mi insomnio precoz, descubrí el amor por la lectura, algo que aún conservo. Mis compañeros de aquellas noches fueron los libros infantiles/juveniles que sacaba de la biblioteca de la escuela. Éste era uno de ellos:




Cuando lo vi tirado en un puesto de la feria de Parque Rivadavia fue tanta la emoción que muchacho me lo compró. Una vez en mis manos lo repasé y al instante tuve una revelación: los quiero todos, los 55 ejemplares que integran la colección. Así que en esta tarea me embarco, ya tengo uno, sólo me falta conseguir 54.

Busquen en sus bibliotecas, recibo gustosa encomiendas con donaciones...

Y ustedes, ¿coleccionan algo?

jueves, 18 de marzo de 2010

Ya tengo 30 y una bolsa con regalos!

Parece un cumpleaños de 15, un casamiento o el festejo de una niña de 10 años que tacha los días que faltan para que sea su día, sueña con los regalos y arma un gran festejo con todos sus amiguitos. Pero no, acá se soplarán un par de velitas más y los amiguitos ya ostentan panza, celulitis, peladas y canas, pero las ganas son las mismas de siempre. Me encanta cumplir años, en marzo ya me pongo de buen humor y amo recibir regalos, no me da vergüenza decirlo.

Hecha esta introducción y por si alguien aún no se dio cuenta: es mi cumpleaños. El número 30 para ser más precisos, no voy a evadir el tema, es un número que dentro de todo me sigue cerrando... El año próximo volveré a decir que cumplo 30, pero ese es otro cantar.


¿Cómo los recibo?

Mucho mejor que como recibí los 26; los 27; los 28 y los 29 debo decir. Adiós crisis existencial, esquivaré con altura esa que pronostican para este año, ya fue suficiente. Los 30 me encuentran mucho más segura; feliz; rodeada de amigos como siempre; con un laburo que me estresa pero me gusta; con una de mis mejores amigas embarazada y a punto de darme un nuevo ahijado; llena de proyectos importantísimos y al lado de la persona que amo. Más no puedo pedir y más no pienso analizar, ¿para qué hurgar en el pasado, en lo que no se hizo, en lo que no se logró o en los que quedaron en el camino? Más firme en el presente que nunca...


Los regalos de muchacho, por fin llegaron. Luego de una movida que organizó una de mis amigas durante la tarde de ayer en Facebook para que muchacho cumpla con su promesa de llevarme a cenar para recibir mi cumpleaños como él mismo propuso, y no se vaya a jugar al fútbol, vino la lluvia (ustedes sí que manejan hasta el clima) y se suspendió el fulbito. Parrillita, las doce, regalos:



Top y europeo, algo que quería hace mil y hasta yo misma me había olvidado... Libro tapa dura de Los Beattles con dvd incluido. ¡Hermoso!



Las zapas de Cumbio (?). Unas botitas negras Adidas un pilín acharoladas...


Y lo mejor de todo, el Sindrome Rachel por ahora está apagado: no voy a cambiar ninguno de los dos regalos... Yeah, voy bien en el camino de la recuperación ;)


Gracias por sus saludos por todos los medios, NO voy a llorar, no insistan malos...

martes, 16 de marzo de 2010

La psicológica me mata...

Mi novio emprendió un castigo por ser tan ansiosa que me está matando... Vean, seguramente muchos de ustedes me comprenderán.

Hace una semana por msn:

Muchacho:
Me acaba de llamar un amigo para confirmar, ya tengo una parte de tu regalo.

Capitana:
¿Cómo una parte, son dos partes? ¿Qué es?

Muchacho:
Sacate las ideas raras de la cabeza, nada romántico.

Capitana:
Buuuu, fuiiiiira.

Ayer por teléfono:

Muchacho:
Todo listo, regalo en marcha. Ya tengo las dos cosas.

Capitana:
¿Qué es?

Muchacho:
Son dos cosas, una muy top y que querías. Con la segunda me tiro a la pileta, sé que te va a gustar igual.

Capitana:
Dame una pista...

Muchacho:
Son dos cosas europeas (?)


Por primera vez en la vida estoy desorientada... Les pido el último favor como veinteañera, ¿me ayudan a pensar qué puede ser?

viernes, 12 de marzo de 2010

¿No saben en qué gastar la plata?

Pasen por acá mis queridos, por favor, tomen asiento, pónganse cómodos. La Capitana siempre ha sido una excelente anfitriona... ¿No saben en qué gastar? ¿No encuentran en qué invertir sus ahorros? Aquí tendrán una lista extensa y con una misión muy importante: hacer feliz a una persona que ama los regalos. Pasen, vean, elijan y sobre todo, manden:


- Zapatillas Converse o Natacha negras (o Pony blancas o unas Adidas rosas que la rompen)

- Botas marrones.
- Pantalones jean.
- Saquitos de colores.
- Pañuelos/chalinas flogger, de colores, con brillos, etc (hay unos divinos que venden en Zucca que me encantan).
- Remeritas coloridas
- Libros:
Saramago me viene bien (salvo Ensayo sobre la ceguera que lo tengo) o cualquier boludez para chicas, estoy tan pasada que es con lo único que me engancho.
- Música: cualquiera de los piojos, no tengo ninguno (los tengo todos en la compu), el último de Sabina no lo tengo, el último de Calamaro tampoco.

- Dvds: ya saben qué películas me gustan: "Realmente amor" por ejemplo la amo y no la tengo. El que me regala "Bañeros II, la playa loca" es un crack...

- Series: las que vengan, serán bien recibidas, aún si ya las vi.
- Un Wok

- Pilas recargables y un cargador.
- Manualidades, cosas que les salgan del corazón. Puede ser comidaaaaa (ya salió la gorda).
-
Aros, collaras, pulseras AMO esas cosas. En Isadora hay hermosuras baratas.

- Bolsos y carteras.


Y lo que se les ocurra, pero sobre todo plata en efectivo para cambiar sus regalos para poder saciar mi Sindrome Rachel (no lo voy a explicar, si no vieron Friends me muero acá)


Talles:
Remera: M
Pantalón: 29/30
Pies: 36
Corpiño: 90
Altura: 1.75, ¿ah pero no era necesario no?
Peso: Mejor lo dejamos ahí... Ahhhh un excelente regalo, que los voy a amar más que a muchacho, es un voucher para el centro de estética: ¡quiero mis electrodos!


Como el año pasado la lista tuvo resultado y me regalaron casi todas cosas buenas, acá repito fórmula. Disponible mi dirección para envíos nacionales e internacionales (?)

Y bueno, cumplo 30, sino deliro ahora.... ¿cuándo?


martes, 9 de marzo de 2010

Si me sale, soy Maradona...

Hace un tiempo, recuperada de mi desgarro, volví al gimnasio. Después de todo, ya tenía la cuota paga y había ido una sola vez. Llegué con expectativa, creí que me iban a pedir disculpas por no oír mis "vayamos despacio que hace un año no hago nada" y que por poco me iban a poner una alfombra roja. Me equivoqué y en su lugar me encontré con esto:


Chica del gimnasio:
Hola, ¿vos sos nueva? Sacate los anteojos, dejá el bolso y subite a la cinta.

Capitana:
No, no soy nueva. Vine a una clase y me desgarré.

Chica del gimnasio:
No puede ser, te habrás confundido de lugar.

Capitana:
¿Cómo me voy a confundir si crecí en este club? Vine, les pedí a vos y a la otra chica que se tomaran mi caso con calma, que no me exigieran de más y me mataron. A la noche cuando me acosté no podía mover la pierna y estuve 20 días renga.

Chica del gimnasio:
Te habrás confundido, no era un desgarro, no puede ser. Bueno, no importa, empezá a correr en la cinta, dentro de 40 minutos vengo a buscarte para que hagas abdominales y otras cosas.

Capitana:
Mirá, no me confundí, tenía dos moretones enormes en la pierna y me la pasé con hielo. Y no vengo a hacer abdominales, sólo quiero trabajar cinta y bicicleta.

Chica del gimnasio:

Nooooo, no puede ser, pero no importa, ahora corré y después te tirás en la colchoneta. Imagino que no querés pero lo necesitás. Tenés que trabajar la panza y además no tenés hombros (me los toca). ¿Ves que siguen de largo al resto del brazo? No se pueden distinguir.



No le hablé más porque no encontré palabras, sólo le quise partir una pesa por la cabeza o arrojarla por la ventana. ¿No tengo hombros? ¿Desde cuándo uno tiene o no tiene hombros? Podés tener la cola dura y parada, la panza chata, los brazos marcaditos, pero ¿hombros?, ni los contemplaba dentro del menú. ¿Otra cosa más para preocuparme?

Terminé mis cuarenta minutos arriba de la cinta, lo miré a muchacho y me fui. Nunca más piso un gimnasio, ya recordé porque los odiaba. Pero en su lugar encontré la receta mágica para recuperar mi cuerpo: los centros de estética. Un lugar fascinante donde los vagos como yo, los que odiamos los gimnasios, tenemos una segunda oportunidad.

Siempre creí que eran carísimos, pero el dios de la moda me puso a alguien mágico en el camino: una chica que me contó todos los beneficios que los electrodos, las sesiones de frío/calor, las botas que comprimen y los masajes reductores han hecho en su cuerpo... y lo mejor de todo, a un precio accesible. Así que acá estoy, entre tanto trabajo atendiendo mi parte frívola y averiguando presupuestos. En abril arranco. Creo que eso puede motivar a cumplir con una dieta (y no arrancarla y romperla todos los días como ahora) y a no faltar a las clases de baile que también arrancaré el próximo mes.

Y ya me comprometo públicamente, si mi cuerpo vuelve a ser lo que era hace cuatro años o queda mejor aún, el verano que vienen me encuentran danzando en los carnavales de Gualeguaychú con un cartel luminoso que diga: Chica del gimnasio, ¡vos también la tenés adentro!

lunes, 8 de marzo de 2010

Si Evita viviera...

Amigos, compatriotas, compañeros, que la vida laboral deje de consumirnos:

Volveré... y seré Doritos!

miércoles, 3 de marzo de 2010

A ver quién se anima ahora...


¿Quién viene?


Además, la semana que viene se hará entrega de los alfajores Capitán del espacio en algún lugar céntrico a definir. Un buen día podría ser el miércoles, los interesados por favor, escribir a: capitanitadelespacio@gmail.com... Los que viven lejos y creen que puede llegar vivo su alfajor por encomienda, me pueden mandar su dirección que haré lo posible para que se encuentren con su recompensa por hacerme ganar tan lindo premio.

¡La Capitana promete y cumple carajo, mierda!

lunes, 1 de marzo de 2010

Una nueva moda

Qué fácil es acostumbrarse a los "malos" hábitos...

Durante años, detesté dormir la siesta. Cuando era chica, la odiaba; de adolescente, la veía innecesaria, como una pérdida de horas para estar en el club con mis amigos; de grande, una utopía, ¿cómo se trabaja y se duerme siesta a la vez?.

Hasta que empecé mi relación con muchacho y mi mundo de responsabilidades se derrumbó. El "mi amor, dejá todo, después seguís, tirate conmigo a dormir una siestita" me puede. La considero la frase más tentadora del mundo y no sé decir que no. Es imposible. Por más que después sean las once de la noche y esté sentada tipeando como si fuera el último día de mi vida, cada vez que pinta, digo que sí.

¿Cómo pudo convertirse algo tan despreciado en uno de los momentos más lindos y ansiados de mis días? ¿A ustedes les pasa que algo que antes no existía mutó de este modo?