En fin, luego de amagar y amagar, de prometer como político, de jurar que iba a arrancar y desistir a las horas, se viene la transformación. Tres hechos me han hecho tomar la decisión:
Hecho número 1:
Fiesta con amigos, ronda de charla y alcohol, tema del debate: "fiesta de casamiento con muchacho", uno de sus amigos, un animalito de Dios, tiró el siguiente comentario...
Sí, se tienen que casar, muchacho poné fecha. Pero vos antes tenés que adelgazar, no podés salir así en las fotos, es un recuerdo para toda la vida y cada vez que las veas te vas a ver gorda.
Hecho número 2:
Visita a la casa de la abuela Kico. Ella es terrible en todos los temas, la conocen, pero con asuntos de kilos es más medida, ha hecho dieta toda la vida y sabe lo frustrante que es subir y bajar de peso todo el tiempo, pese al sacrificio que uno le pueda poner. Mientras tomábamos mate, me mira...
¿Estás como más grandota no? Ay qué pena Paolina, cómo engordaste, te estallan los brazos, estás como hinchada y muy culona. Qué lástima que ustedes salieron así (?)
Hecho número 3:
Cambio de regalos, probador. Te volvés a mirar al espejo después de mucho tiempo, refrescó y te toca sacarte los mágicos vestiditos para volver a clavarte un jean. Todo te apreta, nada te queda bien, todo lo que te probás te queda espantoso. Se te llenan los ojos de lágrimas, ¿cómo dejaste que esto suceda otra vez?. Te pregunta el vendedor desde el otro lado de la cortina: ¿cómo te quedó? y no sabés que contestar, sólo querés salir corriendo como una rata. No te queda otra que pedirle un talle más, te dice que ese es el talle más grande y te enojás, de todos modos tenés razón, han achicado los S, M y L para no acatar la ley de talles y cambiar los moldes. Finalmente te vas con dignidad, con algo en la bolsa que mucho no te convence pero ¿qué vas a hacer? "Algún día bajaré y me va a quedar mejor", te convencés.
Se acabo, a partir de mañana 1° de abril pienso tomar las riendas del asunto. Dieta, clases de baile y centro de estética. Son, en una primera instancia, 10 kilos los que tengo que bajar si o si, luego vemos si seguimos ajustando tornillos... El desafío está planteado, pero si no resulta tengo plan B: me interno en la clínica de Cormillot y que el hijo me ponga a dieta. ¡He dicho!
¿Quién se prende en este reality por cambiar los hábitos?