viernes, 20 de mayo de 2011

Oda a la vida ♥

Una de las personas más lindas que conozco tiene leucemia. Es mi amiga y la adoro, por eso la confirmación del diagnóstico me corrió como un frío helado por el cuerpo. Ya lo imaginábamos, pero eso no alivió el dolor. Para el ideario colectivo, la palabra leucemia es sinónimo de muerte, pero para ella no.


Tuvo miedo, lloró y pataleó, se hizo bolita una y mil veces, pero no se detuvo y se propuso contrariar a los prejuicios. “No me voy a morir, tengo muchas cosas para hacer todavía”, me dijo una tarde que me notó triste y preocupada. Porque ella es así, aún con tamaña mochila a cuestas, se encarga de que nosotros no caigamos. Nosotros, los que deberíamos apuntalarla a ella.


Es tan chiquita y tan grande, que mientras nosotros nos preocupamos por pavadas y nos quejamos porque “este resfrío me va a matar”, ella baila salsa en el living para ponerle un poco de color a los efectos negativos que le deja la quimioterapia. Es la misma que ya tiene gorritos lindos guardados por si se le cae el pelo, la que canta con voz nasal mientras toca la guitarra, la que está cansada pero no se detiene.


Ella es única y lo no digo ahora porque “claro, todos los enfermos y los muertos son buenos”. Lo digo desde hace años, cuando la elegí como amiga y cuando la elijo como la madrina del hijo que algún día llegará (si es que ella acepta). Porque es una rústica que cada tanto, te llama para darte los buenos días o te manda un mensajito con una frase de Sabina que te cae en el momento ideal. Porque no se preguntó: ¿me voy a morir de esto?" sino "¿cómo vivo con esto?"


Porque su lucha enseña, porque es buena persona, porque es un gigante escondido en un metro sesenta.


lunes, 9 de mayo de 2011

La herencia de la abuela Kico

Me la prometió y cumplió, ahora debo responder con unos ricos fideitos caseros...



Pastalinda traída de Italia, casi sin uso, ¿ideas para limpiarle el óxido?




¡¡Ahora necesito recetas!!