jueves, 17 de enero de 2008

La figurita difícil

Durante meses soñó con una sola escena: tenerla entre sus brazos.
Por las mañanas se lamentaba no poder despertarla con dulces besos y un rico desayuno; por las tardes, le hubiera encantado llevarla a descubrir el mundo tomados de la mano, como si nadie más existiera; por las noches, tan sólo planeaba verla dormir mientras que con su mano derecha acariciaría su cuello y correría su pelo para contemplarla mejor.

Durante meses planeó estas escenas y de tanto soñarlas, ya las había recorrido en su mente de punta a punta. Nada podía fallar.

Pero no pudo ser, ella tenía otro destino, otros deseos, otro amor y en su mundo no había lugar para él ni para sus cuentos de hadas.

Sintió que su corazón se detuvo por unos instantes. Ninguna de esas escenas tendría sentido sin ella, nadie podría suplantarla así que tan sólo siguió soñando. En esos sueños eran felices, ella reía a su lado y sus ojos brillaban de tanta algarabía.

Ahora sí todo volvía a tener sentido…

miércoles, 16 de enero de 2008

El amor en los tiempos del conformismo

Muchas veces escuchó palabras de amor salir de su boca y otras tantas, brindó y festejó por los momentos felices a su lado. Otras veces, en cambio, se preguntó si le bastaban esos instantes de gozo para ser feliz pero sospechaba que no eran suficientes. Algo le faltaba para que la alegría fuera completa pero por alguna razón que jamás pudo precisar siempre se mantuvo firme a su lado.
Muchos lo llaman conformismo. Otros, amor incondicional.

Lo cierto es que ningún sentimiento se asemejó a ese a lo largo de toda su vida y con esa sensación se fue, sin más oportunidades para comprobarlo.

miércoles, 2 de enero de 2008

Al chico de las orejas más lindas del mundo, mi gratitud!

A mi hermano del corazón desde hace más de quince años, a mi custodio personal (que me ha sabido defender de los malos incluso a las piñas); a mi cocinero indiscutido (parrilla; disco; coctelera y demás); a la peor influencia que tuve en mi vida y que incluso me ha llevado más de una vez al bendito infierno; a mi compañero incondicional; al gran organizador de eventos; al dueño del quincho más visitado de la historia; a mi compañero de recitales; a la única persona capaz de mantener unido un grupo de amigos tan particular; a mi pollo en cuestiones del amor (las consultas a distancia las cobro más caras eh hdp hdp hdp); a un gran bailarín (aunque todos los ritmos los maneje con el mismo paso); al Matador; a una de las personas con el carácter más parecido al mío (la Justicia ante todo, carajo); a uno de los tipos que más quiero en este mundo…

Cuanto más te conozco como novio, más te quiero como amigo; y acordate que si te agarro con otra amiga te mato, te pego una paliza y después me escapo.

Nada será igual sin vos, ni la plaza; ni los panchos; ni la Roca; ni las tardes de mate o cerveza tomando sol y escuchando los Redondos, Sabina, Intoxicados, Molotov, etc; ni tantas otras cosas.

Ya nos reencontraremos y daremos unas buenas vueltas por el mar!

Año nuevo… balance obligado!

De llanto, cursilería y otras yerbas…

Para muchos, diciembre es el fin y el principio de algo y por lo tanto se transforma en el momento del balance anual. Para otros, lo es la fecha de su cumpleaños. Para mi, chica autoanalizada por excelencia, las dos fechas son excusas claves para entender dónde estoy parada y qué logré de todo lo que me había propuesto, así que por eso me presto hoy, ya dos de enero, a realizar mi balance y a hacerlo público.

Durante estos días me han llegado varios mail de amigos agradeciendo mi “presencia” durante este 2007, cosa que me halaga y me pone muy feliz pero a mi no me sale. Me asusta dejar a alguien afuera y la verdad que fueron varias las personas que durante este año tan particular me prestaron su hombro o me hicieron reír hasta que me duela la panza. No los puedo nuclear en un solo mail y tampoco sabría resumir mi gratitud en un sólo mensaje.

Fue todo muy raro. Comencé el año con un buen momento profesional y el corazón desbordado de tanto amor. Realmente era feliz hasta que un torbellino me pasó por encima y me destruyó bastante de lo que parecía estar bien firme. Dicen que de las crisis se aprende y sobre todo se crece y ese es exactamente mi caso… todo fue crecimiento y resurgir. Ahora puedo volver a sonreír y eso no hubiera sucedido sin la ayuda de algunas personas.

Por eso no quiero dejar de agradecer a esos incondicionales que estuvieron ahí para secarme las lágrimas con interminables rollos de cocina; a los que se enojaron por mis recaídas y aún hoy se enojan cada vez que retrocedo un casillero; a los que muy atentos, cambiaban los temas musicales que me hacían mal; a los que se bancaron mis euforias de sábado por la noche (sí, soy bipolar y no manejo los excesos!) y mis furias dominicales; a mis ayudantes terapéuticos de barrio, que no me dejaron sola ni un momento y me proponían acción a toda hora y lugar; a mi reidora que convierte cada chiste imbécil en uno genial; a René y Ema 8 que me trajeron más de una alegría; a los permanentes mail y llamadas para sacarme de la cama; a mis compañeros de recitales (en el año más recitalero de mi vida); a las pavas de mate hasta entrada la madrugada para palear mi insomnio; a mis laderos de baile, que zamban y bailan regeaton como auténticos profesionales, a los asados y las comilonas en el disco… Puff, me podría quedar toda la noche comentando anécdotas y agradeciendo situaciones, pero creo que todos saben lo importantes que fueron en este año tan ambiguo pero sin dudas, inolvidable… bisagra calculo.

Sólo me resta darle las gracias a todos aquellos que contribuyen a que cada día me sienta obligada a repetir que no tengo una vida, sino que tengo un vidón!

A todos esos que me hacen sentir tan querida, acompañada y en familia. A los que me conocen más que yo; a los que me dicen la palabra justa y a los que hicieron tanto para que vuelva a sonreír…

De corazón, gracias, sólo yo sé lo que significaron este año. Temo que no me alcance la vida para pagarlo.

No podés parar ya nunca de girar... para que no tengamos soledad!