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viernes, 23 de julio de 2010

Nos vemos en agosto...

Falta una semana para la mudanza, una solita, y aún estamos en veremos con algunos papeles y los muebles. Ni hablar del embalaje, arranco mañana, espero adelantar lo máximo que pueda porque en la semana me espera mucho trabajo. El caos y el estrés pre mudanza no me dejan disfrutar del todo este momento, y en lugar de ser feliz por lo que tengo, me lamento por no tener lo que necesito YA:

Situación 1: El almuerzo de hoy.

Milanesa a la napolitana- Picada completa- Cuarto de libra o Big Tasty de Mc Donalds- Pancho con lluvia de papas- Tortilla de papa- Chorizo a la Pomarolla- Mollejas con limón- Tacos- Arrolladitos chinos con mucha salsa agridulce- Croquetas de papa- Nachos con queso fundido- Rabas- Provoleta- Papas fritas- pollo con salsa agridulce- Guiso de lentejas- Matambrito de cerdo al verdeo- Suprema a la Maryland- Asado completo- Papas a la crema- Choripan- Uno o dos tubos de Papas Lays... y así puedo seguir enumerando todo lo que deseo.


En su lugar voy a comer: arroz con queso. No tengo tiempo de salir a comprar y cocinarme.


Situación 2: Descanso.


Cuba- El camino del vino en Mendoza- Las playas de Costa Rica- Porto de Galinhas en Brasil- La Predrera en Uruguay- Circuito Beattle en Londres- Lago Titicaca en Bolivia- el frío de Usuahia- Salta- Cartagena en Colombia- París o sin tener que ir mucho más allá, al menos pido 10 horas corridas de sueño.


En su lugar voy a pasar el fin de semana: trabajando y organizando la mudanza.


Situación 3: Inversión.


Remeritas- Jean- Toleritas- Medias- Faldas- Botas- Blazer- Bolsos- Sweater, bah para qué seguir, quiero todo. La fiebre consumista me llama, las vidrieras me hostigan con liquidaciones hermosas y tentadoras pero no.


En su lugar voy a comprar: lavarropas, mesa, sillas, puffs, lámparas, cortinas.




Definitivamente, no entiendo cómo la gente disfruta de las mudanzas. Quiero dormirme hoy y despertarme el 2 de agosto con todo listo para descansar...



viernes, 11 de junio de 2010

Enfrentando al diablo...


A pocas semanas de la mudanza, mientras elegimos colores, muebles y dibujamos la distribución de las cosas, se nos ocurrió una idea, una decisión de vida, conjunta, compartida: en la casa nueva NO habrá televisión en la habitación.

La intención es fomentar la lectura, el acercamiento, las charlas y evitar el ostracismo que trae aparejado el aparato. Los dos vivimos con el televisor prendido, enchufados a la computadora, queremos despojarnos de la tecnología al menos por un rato. Una tarea difícil, somos fanáticos confesos.

¿Lo lograremos?

martes, 25 de mayo de 2010

?

Primero me rehusé, pero luego, como le sucedió a la gran mayoría de personas caí deslumbrada, me autodescubrí adicta y me encargué de esa tarea que tácitamente nos fue encomendada a los fanáticos fundamentalistas: desparrame el producto por el mundo. Lo recomendé una y mil veces.

Como saben, desde hace cinco años soy fanática de Lost. Todo empezó cuando trabajaba en la redacción de una revista y escuchaba a dos compañeros hablar sobre la serie. "Me quedé todo el fin de semana encerrado viendo la primera temporada para poder arrancar la segunda en vivo", decían y no lo podía creer. ¡Qué boludez, pasame a ver de qué se trata! Listo, en media hora era consumidora compulsiva y no pasé uno, sino varios fines de semana encerrada atrapada por el gigante. Incluso la mayoría de las temporadas las vi dos veces.

Eso es Lost, así se vive, así se disfruta, no hay medias tintas. Se habla con amigos y desconocidos sobre el tema, se busca explicaciones en los foros y se ruega semana tras semana que lleguen las respuestas. Por eso para los últimos capítulos, todas las expectativas estaban puestas en ellas: las respuestas. Y yo creo que no llegaron, o al menos no las entendí.

Por eso abro este canal de debate en los comentarios, necesito armar una "mesa de debate virtual", que me dejen sus impresiones a ver si en algún punto coinciden con las mías, o si entre todos le podemos encontrar la vuelta. Me quedaron muchísimas dudas que dejaré en el primer comentario, ¿alguien me ayuda?

El que aún no lo haya visto, siga de largo.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Urgente: ¡Tengan cuidado!

Como saben soy periodista y mi misión es mantenerlos informados. Por eso, una vez más le brindo un servicio a la comunidad y les entrego data de último momento. Atención consumidores, los siguientes productos tienen drogas muy adictivas, de esas que no se puede vivir alejados por mucho tiempo.

Vean y compartan...


1- Lata de papas Lays, orgásmicas.... Ideales para levantar ánimos. Dicen que contiene ketamina, siempre te hacen sentir feliz.



2- Dioooooooooos, sin palabras... en la foto que viene, con droga extra.

3- Se los advertí...


4- Los tacos made in Capitana...



5- Y la mesa que los acompaña...

6-Arrolladitos chinos con salsa agridulce... ¡¡frito frito frito!!



7- El asado de mi viejo... Nahhhh



8- Babaaaa la Oreo. ¿Y eso blanco?, sí señores, ¡es droga!





9- Mis chocotortas temáticas para amigos... Si cada amigo pide una, la rueda no termina, todos a la granja.


10- Estos caramelos... ¡dioooooooos! Muy peligrosos. Requiere varias dosis por día.


11- Una milanesa a la Maryland, con huevo frito, banana frita y salsa de choclo, ¡qué placer!



12- La gloria: una picada full full, dosis elevada.



13- La Biblia de las comidas, lo más sagrado del mundo, las papas.



14- El oasis, el extasis más peligroso: Una doble carne doble queso con bacon de Burguer o un Cuarto de Libra de Mc Donalds. Nada más importa...



¿Les parece demasiado? Está comprobado científicamente, mientras estos productos continúen en circulación mi dieta no prosperará. ¿Me ayudan a sacarlos del mercado?

lunes, 17 de mayo de 2010

¡Soy adicta!

Armando una nota sobre las personas adictas a la tecnología, encontré algo que me sacudió. No me considero una tecnoadicta, o no lo veía así hasta que leí este informe sobre un caso real:


Unai no se considera tecnoadicto pese a reconocer que su profesión le obliga a estar permanentemente conectado a la actualidad. Se queda pensativo un instante y pasa a enumerar sus juguetes electrónicos: un móvil, una cámara de fotos y otra de vídeo, un GPS para el coche, un reloj con GPS para salir a correr, dos MP3, un manos libres en el coche, varias radios digitales portátiles, un discman, una grabadora digital, una televisión de plasma, el DVD, un disco duro con TDT incorporado, el descodificador de Euskaltel, otro para canales vía satélite, la Play Station 2, otro disco duro multimedia, auriculares inalámbricos para la televisión, otros para el móvil, unos walkies, una televisión y DVD portátil para el coche, una estación meteorológica, una agenda electrónica Palm, un ordenador de mesa, otro portátil, el equipo de Hi-Fi, un radio-despertador de mesa... "Me da que me olvido de algo", dice, casi sin aliento "Vaya, cuando empiezas a contar salen mucho más de lo que pensaba".


Y no me quedó otra alternativa que repasar mentalmente mis "bienes" ligados a la tecnología. No son tantos como los de éste tipín pero sí, son demasiados (un sólo dato, con mec sumamos cuatro computadoras en una casa donde sólo viven dos personas). Ni hablar de la cantidad de horas que, por trabajo o placer, paso frente al monitor. Y sin contar que el televisor vive encendido así no vea nada, está siempre ahí, a modo de compañía. En fin, soy tecnoadicta... ¿Me van a llevar a una granja de rehabilitación?*


¿Y ustedes son adictos?


*Dato para llevar a la granja, acabo de reabrir mi cuenta en Twitter y ya me envicié chusmeando la vida de los famosos. Me pueden seguir acá.

lunes, 15 de febrero de 2010

De 11 meses señora...

Esa es la respuesta a una pregunta que hicieron el fin de semana...

Resulta que me pasé mitad del sábado y todo el domingo tirada como una morsa en una reposera en el club, comiendo todo lo que ponían arriba de la mesa. Se sabe, cuando no se hace nada, se come y cuando no queda más bocado... se planea qué comer luego.

En ese marco, el sábado llegó la madre de un amigo. Se unió a la ronda, tomó mate y comió con nosotros pero no habló demasiado. Las palabras vendrían más tarde y puertas para adentro.



Nuera de la señora:
¿Sabés que me preguntó mi suegra ayer a la noche?

Capitana:
Ni idea.

Nuera de la señora:
¿De cuánto estabas?

Capitana:
.......

Nuera de la señora:
Sí, ¿si estabas embarazada?

Capitana:
Noooo, ¿tan gorda estoy?

Nuera de la señora:
Debe ser porque hablábamos de nombres para chicos.


Pero no es por eso y todos lo sabemos. Esto pasó a un estado alarmante, pero ya me estoy ocupando: puse a cocinar una calabaza gigante y llené el freezer milanesas de soja. Sólo les pido un favor, no me inviten a ningún lado a comer, no sé decir que no. Se viene la cuenta regresiva, falta un mes para cumplir 30, algo tengo que bajar...


¿Por qué se come tanto los fines de semana? ¿Por qué no vine con el chip correspondiente para decir: "no, gracias, paso"? Por favor, diganme que ustedes también comieron como si fuera el último día...

miércoles, 10 de febrero de 2010

¿Se viene el estallido?

- En unos días, termino de pagar mis deudas y me sentiré libre otra vez.

- En un par de semanas, cumplo 30 y planeo hacer una gran fiesta de disfraces con karaoke y muchos amigos.

- En unos meses, damos el gran paso con muchacho y oficializamos la convivencia en un nuevo hogar.


¿Todas buenas noticias?


¿Es lo que siempre soñaste?


¿Estás feliz?


Entonces, ¿de qué carajo te quejás?
Porque estoy en peligro.



Yo no sé en qué ciudad viven ustedes, si hay centros comerciales, shoppings o tiendas de barrio, pero acá, en Buenos Aires, arrancaron las liquidaciones y toooodo lo que te gustó durante el verano y no te pudiste comprar, ahora lo podés conseguir tirado en una caja de saldos, con etiquetas tachadas en rojo anunciando el descuento.

Para una persona normal, este es un momento en el año cualquiera. Para una compradora compulsiva en recuperación este período es el más difícil de afrontar, el tiempo de saldos es una invitación al pecado permanente. Las vidrieras emanan droga, la ropa susurra que al menos te la pruebes, la mente te juega en contra aún sabiendo que no debés: "Buuuueno, ¿qué tan mal puede hacer a la economía que te comprés oootro vestidito?" o "No importa que te lo pongas dos veces, el verano que viene seguro se sigue usando y ya lo tenés".


A mi un cartel así, me puede.


Tengo miedo de derrapar, ¿cómo se hace para no recaer en las adicciones?